Esta semana nos acompaña en nuestro ciclo de entrevistas, Pipi Cardell, escaladora, esquiadora y montañera incansable capaz de fotografiar con extrema sensibilidad escenas cotidianas o deportivas con la misma pasión con la que practica el deporte. No os perdáis lo que nos cuenta, vale la pena conocer a esta chica.
1. Nombre y edad
Mi nombre es María José pero no recuerdo desde cuando no me llaman así, era muy pequeña cuando me quedé con Pipi y así continúa siendo a pesar de rondar los cuarenta tacos.
2. ¿Desde cuándo la afición a la escalada y la montaña?
Nací en Granada rodeada de una familia con un profundo respeto y cariño por la montaña, pero sorprendentemente la primera cima que ascendí fue la del Teide. Subí de la mano de mi tía Macu, primera ochomilista andaluza. Yo tenía cinco años.
3. ¿Deportiva, clásica, montaña… que es lo que más te atrae?
La diversión de la deportiva, la esencia de la clásica, el compromiso de la montaña…
4. ¿Qué diferencias encuentras entre cada una?
Tantas como similitudes.
5. Primeras escaladas importantes, y primeras impresiones.
No creo haber realizado ninguna escalada importante, pero hablando en un plano más subjetivo, cualquiera en la que han surgido mis miedos o mis dudas y he sido capaz de superarlos y de resolver. La impresión es la de haber sacado lo mejor de mí.
6. Experiencia invernal que te haya marcado.
Mi abuelo fue el primero (junto con tres compañeros más) en ascender el pico de la Alcazaba en el invierno de 1952. Yo decidí que esa sería mi primera ascensión invernal a los pocos días de comprarme mi primer piolet. No recuerdo cuántas horas tardamos en subir por el espolón noroeste y bajar por el Collado de Siete Lagunas, pero sí que fue de luna a luna. Mi familia dio aviso a la Guardia Civil de Montaña, aún no teníamos teléfonos móviles. ¡Cuando vieron mi cara de felicidad nadie se enfadó!
7. ¿Consideras que han cambiado las cosas en el mundo de la escalada y la montaña?
Es un tema que da para mucho, pero en resumen pienso que hoy día es mucha más la gente que practica ambos deportes, lo cual no significa que las cosas hayan evolucionado como resultado de la demanda. En algunos aspectos sí, en otros la involución es total.
8. Una escalada que te haya marcado.
Bueno, marcado es una palabra un poco fuerte, aunque tengo varias cicatrices de caídas que se quedarán ahí para siempre, jajaja.
Pero tengo un recuerdo especial de una vía de escalada deportiva, probablemente la más dura que haya hecho.
Cuando casi la tenía encadenada empezaron las lesiones, tres años seguidos en los que entré cuatro veces al quirófano. Cuando el dolor no me dejaba dormir, la visualizaba y me veía paso a paso subiendo por ella una y otra vez hasta que me dormía…dejaba de sentir!
Después de todo aquello, un día escalando en el sector donde se encontraba la vía, mi amigo Juanma me preguntó si la quería hacer y le dije que no porque aún no me encontraba con fuerzas…pero esa mañana recordé que ese mismo día se cumplía un año de la última operación y decidí que sería la mejor manera de darle portazo a todo.
Cuando llegué a la cadena rompí a llorar. Sí, la encadené… Y esa vez no fue en sueños! Desde entonces no he parado.
9. ¿Si tienes que elegir a tu compañero/a de escalada o de expedición que criterios sueles seguir .
Principalmente que exista confianza (la cual abarca diversos aspectos), pero indudablemente tiene que ser mutua.
10. Piensas que hay diferencias entre mujeres y hombres en la práctica de estas actividades.
Las hay, pero está en nosotros que esas diferencias sean o no importantes.
11. Otra de tus pasiones es la fotografía, ¿surgió a raíz de la práctica de estos deportes?
No. Más bien de los viajes, pero casi todos con el tiempo fueron enfocándose a la realización de alguna actividad en montaña.
12. ¿Próximos proyectos?
Preparo una exposición para el mes de agosto en el Balneario de Lanjarón. Como tema principal aparece el agua en todos sus estados: nieve, hielo, nubes, glaciares…
Mientras tanto, seguir descubriendo lugares que escalar y fotografiar.
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