Figuras del alpinismo y la escalada femeninas 4ª parte :Julie Tullis

Han pasado 30 años desde el conocido "verano negro del K2" en el que Julie Tullis alpinista y escaladora inglesa perdió la vida, pero no fué la única, ya que en ese trágico verano lleno de expediciones hacia esta montaña, fallecieron mas de 10 alpinistas entre los que podemos contar al menos tres mujeres que lograron alcanzar la cima antes de perecer.






Julie Tullis nacida el 15 de marzo del 1939, comenzó a escalar en los años 50, conociendo a su marido con el que realizaría algunas actividades y llevaría a cabo algunas empresas.
Aficionada a las artes marciales y a la cultura japonesa, conoció al famoso alpinista austriaco Kurt Diemberger en 1976, y en 1980 ya realizaban viajes juntos realizando filmaciones en altura ademas de dar conferencias.
En 1981 realizaron la ascensión al Nanga Parbat para comenzar con sus filmaciones en altura, hecho repetido con anterioridad y en el mismo pico por el alemán Hemman Bulh en los años 50.
En el 84 escalaron juntos Broad Peak y la cresta noroeste del Everest.


Tras algunos trabajos en el cine decidieron acometer su ascensión al K2 durante el trágico verano de 1986. Escaalr esta montaña era el sueño de ambos, coincidieron en su ascenso a la cima con Alan Rouse, de 34 años, uno de los escaladores con más talento de Inglaterra, y Dobroslawa Wolf, de 30 años, polaca, fueron los primeros en marchar hacia la cima en la mañana del día 4; pero Wolf se agotó rápidamente y se fue quedando atrás. Rouse continuó abriendo la traza durante todo el día, en un trabajo extenuante, hasta que a las 15:30 fue alcanzado por los austriacos Willi Bauer, de 44 años, y Alfred Imitzer, 40. A las 16:00, los tres hombres alcanzaron la cima, con lo que Rouse se convirtió en el primer inglés en alcanzar la cima del K2. Diemberger y Tullis salieron de la tienda después que los otros pero subieron con ritmo constante hasta alcanzar a Wolf, a unos 200 metros de la cima, que estaba durmiendo en la nieve. Cuando la despertaron, Wolf recupero su determinación de alcanzar la cima y retomó la escalada aunque con una cierta descoordinación. Ya en el descenso, Alan Rouse y los austriacos se encontraron con Wolf y Rouse la persuadió de que debía dar media vuelta y volver al campo base.

Debido a la hora tan tardía y al tiempo que se iba deteriorando, Rouse, Bauer e Imitzer intentaron convencerles de abandonar el intento y volver con ellos. Consideraron el consejo, pero, como Diemberger dijo a los periódicos posteriormente, “estaban convencidos de que debían continuar después de los años de espera”. A las 17:30 ambos alcanzaron la cima y, en ese momento, la decisión parecía haber sido la correcta: habían conseguido cumplir su sueño. Permanecieron en la cima cinco minutos y comenzaron a descender mientras empezaba a anochecer.

Casi inmediatamente después de dejar la cumbre, Tullis, que marchaba por encima de Diemberger, se resbaló y arrastró a Diemberger por la cuerda que los unía. "Por una fracción de segundo" comentó Diemberger, "pensaba que podía sujetarnos, pero entonces empezamos a deslizarnos pendiente abajo hasta casi llegar a un precipicio de hielo inmenso".

Pero de algún modo, milagrosamente, se las arreglaron para detenerse antes de llegar al borde del precipicio. Entonces, temiendo una nueva caída en la oscuridad, en lugar de continuar hacia abajo decidieron pasar la noche en un hueco en la nieve, a unos 8.200 metros de altura, a la intemperie. Por la mañana, la tormenta estaba sobre ellos en su apogeo. Tullis tenía congelaciones en sus dedos y en la nariz, y problemas con la vista, posiblemente indicando edema cerebral. A mediodía alcanzaron el campo IV y allí encontraron a los otros cuatro compañeros del grupo, pensando que lo peor había pasado. Según avanzaba el día, la tormenta empeoraba; era cada vez peor, con vientos de 160 km/h, temperaturas bajo cero y descargando una enorme cantidad de nieve. La tienda de Diemberger y Tullis se desplomó en medio de la tormenta, así que Diemberger se instaló en la tienda de Wolf, y Rouse y Tullis en la de Bauer, Imitzer y Hannes Weiser, un austriaco que no había intentado el ascenso a la cima el día antes.

En algún momento de la noche del 6 de agosto, mientras la tormenta continuaba rugiendo, el efecto combinado del frío, la altitud y la terrible caída del día anterior y el vivac forzado, pasaron factura a Tullis, que no consiguió superar la noche.


En 2005 se recuperaron algunas cintas grabadas por Tullis por debajo del glaciar del K2.


1 comentario:

Unknown dijo...

Recomiendo "El nudo infinito" grandisimo libro que narra la tragica aventura en el K2

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