Reproducimos en esta nueva entrada de nuestro blog un artículo que publicamos hace ya algunos años en la página que, nuestro amigo Fernando García del Moral dedicó a algunos reportajes de montaña de sus amigos; los buenos recuerdos que nos trae esa etapa ha aflorado nuestro espíritu romántico y no hemos podido evitar recordarlo ahora, de la mano de centroopticogranvia. Esperamos que lo disfrutéis como ya lo hiciéramos hace ya casi 8 años, cuando ya usábamos nuestras estupendas gafas deportivas adidas.
Jenaro escala la Vía Sáez Linares
La pared de la Virgen en los Tajos de los
Vados (Motril) sorprende tanto por sus dimensiones como por la calidad y
cantidad de vías. Hasta la fecha nos habíamos limitado a las vías equipadas
actualmente con parabolts, de las cuales hemos disfrutado de un ambiente
sobrecogedor, vías como la
Espeluznante , Enanito Feliz u Orión te hacen disfrutar de la escalada de una forma especial.
Pero la cosa cambió
cuando decidimos escalar una vía clásica, con todo lo que ello supone; me
refiero a la vía que en el año 75 abrieron José Luis Sáez, y nuestro amigo Eloy
Linares. “Clásica” implica algo más que falta de seguros fijos fiables (spits, parabolts etc.), supone
a la vez un recorrido rebuscado y meditado con mimo que orienta la escalada a
tramos evidentes, de mayor belleza y armonía, lo que se traduce en recorrer
literalmente la pared para buscar lo que en definitiva el aperturista pretende
disfrutar. Y a nuestro juicio la Sáez-Linares consigue establecer un recorrido
bello, entretenido, atlético a la vez de disfrutón.
Realizamos la vía
en 9 largos de cuerda entre Marina, Jenaro y un servidor. Los dos primeros van
ganando altura de un modo suave pues realizan una travesía en algunos momentos
horizontal, en busca de los siguientes 7 largos que si bien ascienden más
verticalmente hacen en algunos momentos alguna travesía más o menos marcada.
El reportajillo de
fotos que se acompaña, no es ni mucho menos una descripción de la vía, tan solo
son momentos aleatorios de la escalada, pues no pretendíamos con estas fotos
elaborar este reportaje sino llevarnos un recuerdo gratificante. Pero nos gustó
tanto que hemos decido compartir con vosotros el momento con estas secuencias
gráficas.
Ya en el primer
largo:
Tras la primera
reunión, que nosotros hicimos un poco más delante de la original (dos clavos) aprovechando
que atravesamos la vía “El caracol que me
robó el reloj” utilizamos uno de lo parabolts de esta vía. A continuación
suben Jenaro y Marina:
El segundo largo es
una travesía a derechas bastante marcada por un pequeño vasar en algunos
tramos, pero que como cualquier travesía expuesto por los péndulos que van
quedando. Reunión bajo un gran árbol en dos clavos.
El tercer largo empieza a coger altura y se caracteriza por una gran laja que nos lleva hasta la reunión también con un clavo.
En la reunión de
este tercer largo, ordenando los trastos:
El cuarto largo nos
depara más ambiente aún; una salidita “curiosa” que nos obliga a apretar un
poquillo, con una travesía a derechas que nos lleva hasta un diedro y una placa
en la que encontramos algunos clavos que nos dan confianza.
En la placa de arriba, previo a la reunión uno
de los pasos claves de la vía:
Felizmente en la 4 cuarta reunión, donde además de un clavo hay un “spit” todo un lujo!!!
Quinto largo, de
nuevo pequeña travesía a la derecha en busca de un marcado diedro:
… y para arriba Jenaro y Marina en busca de la reunión, donde no encontramos clavos, aunque en la repisa, buscando un poquito hacia adentro, había un buen par de puentes de roca (mejor que los clavos)
El sexto largo sale de la reunión a izquierdas en busca de otro diedro y un arbusto que pinchaba como…. jeje, y si no que lo diga Marina, jajajaja
Jenaro en el 7º
largo, muy bonito y con un desplome en
la parte superior (de color anaranjado) que daba un ambiente genial al
largo. Se puede evitar el desplome por la izquierda, restándole dificultad a la
vez de belleza
Estiró el largo todo lo que pudo saltándose la
reunión original y montando en un árbol de sólido tronco, ya que la noche se
nos echaba encima. Llegamos a esta reunión ya de noche y solo quedaba un
trocito sencillo de unos 15
metros que hicimos rápidamente, recogimos los “aperos”,
hicimos la fotillo de cumbre de rigor:
… y para abajo como
las balas, sin perdida alguna pues en aquellos terrenos Jenaro se mueve como en
casa.
Reconocer desde
aquí la labor de los aperturistas que han dejado con esta vía un legado más
para los que gusten de subir los cerros por los caminos menos fáciles, eso si,
pero más bonitos y gratificantes.
Antonio L Acosta
Antonio L Acosta
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