Camino de Santiago, Ruta del Norte (Irún - Santiago de Compostela)


Para esta nueva entrada de nuestro blog, continuando con el concurso "Cuéntanos tu Historia", os dejamos con este particular relato de Jimmy Zárate Rojas, sobre sus aventuras y "desventuras" en el bello recorrido del Camino de Santiago, en su ruta del Norte que transcurre entre Irún y Santiago. Muchas gracias por tu envío y por compartirlo con centroopticogranvia.



Nuestra travesía comienza en el mes de agosto del 2012. Todo surge como un comentario entre amigos, particularmente mío. La idea originalmente era de hacer una ruta; recorrer parte de Andalucía en bicicleta (Btt). Elegimos el sur de España porque consideramos sus paisajes naturales montañosos y urbanos, sin quitar entre sus bondades la manera muy social y alegre que tiene la gente sureña.
Teníamos nuestras vacaciones de medio año, personalmente mío, porque Nilton mi compañero y paisano (peruano), me había mencionado que ya había terminado su estancia por estas tierras catalanas, extrañaba y añoraba los paisajes y el calor de la familia.
Aun con más ahinco y fervor pusimos en marcha nuestros planes de hacer un viaje de 7 días como mínimo en bicicleta, y hacer algo diferente. Y momento oportuno de conocer parte de España en bicicleta.
Al final nos decidimos por realizar el famoso “Camino de Santiago, la ruta del norte”, también había ruta de la plata, la ruta francesa, pero la ruta del norte acumulaba más kilometraje y es eso que nos empujo a llevarlo adelante. Pues ahora ya sabemos que nos vamos hacer el camino de Santiago, recabamos información en línea y a la media hora ya estábamos en una agencia de viajes separando billetes en autobús de Barcelona con destino; Irún (País Vasco), donde empezaría nuestra aventura sobre dos ruedas.



Salimos de Olot (Gerona) el 3 de agosto 2012, con destino Barcelona, llegando a la capital catalana; nos embarcamos del paradero de autobuses con destino Irún. Llegando el 4 del mismo, eran las 6 de la mañana, nublada, húmeda y friolenta, bajamos del autobús, nuestras bicicletas en cajas, y nuestras mochilas, implementadas con alfombrillas y sacos de dormir. No éramos solamente nosotros ví algunas parejas y grupos de amigos que también por lo provisto harían la ruta.



En la misma estación nos pusimos a montar las bicicletas y ponernos los trajes y cascos, e implementar agua y demás para iniciar nuestro viaje, y empezar nuestra travesía.
Iniciamos con muchas ganas, ya que esta ruta nunca lo habíamos hecho. Mi compañero Nilton de allí a un mes a más tardar estaría viajando al Perú a nuestra tierra natal y este camino también fue como una aventura y a la vez la despedida.
Narrar toda la aventura que hicimos y recordar cada pueblo sería un poco difícil, para mí. Por que cuando empezamos esta travesía, fue de un momento a otro; primero nunca nos implementamos de material logístico para poder saber cómo empezar cuales podrían haber sido nuestros retos y demás.
Pero de igual manera nos tiramos al río como se diría vulgarmente, pasando por País Vasco la naturaleza los paisajes impresionaron nuestros horizontes, que paisajes más bellos cruzamos.



Donde el mar se junta con la montaña y puedes escuchar a la naturaleza que te habla y se inmiscuye en ti, cada kilómetro que pasábamos era un reto, el llegar a un nuevo pueblo o ciudad era una satisfacción personal. En principio pensábamos en terminar ya las etapas, y a medida que avanzábamos: era imposible, ¡no por las dificultades geográficas! Sino por la belleza natural que hacía que podamos demorar y gozar más de cada momento en ello..
Ascendiendo por una de las montañas después de Markina un viajero que hacía la ruta a pie nos hizo una fotografía increíble.



Esta foto nos llego 15 días después de haber terminado el camino de Santiago, pasamos tantos paisajes impresionantes que ahora viendo mis fotos se me hace imposible poder recordar donde eran cada uno de ellos, pero en resumen de mi travesía, tengo anécdotas buenas y malas. En uno de los albergues que llegamos recuerdo que a cargo de este estaban un moreno y una señora vasca, llegamos como las 18:00 y con nosotros también habían como unos cinco personas más, y el moreno estaba hablando con una chica rubia, y bueno yo pensé que ella también había llegado recién y éste le estaba comentando algo sobre el albergue, entonces el tiempo de charla se extendió a más minutos y en eso yo le exclame: ¡buenas tardes tienen camas!.
Y este de una manera irrespetuosa se dirigió a mí y me dijo: ya no tenemos pero; conozco una pensión que les podrá albergar, pero el coste es de veinte euros, en ese momento le dije a mi compañero que valía la pena pagar eso, ya que necesitábamos ducharnos y descansar. Y nos comenzó a explicar cómo llegar a esa pensión, pero yo le dije que nos llevara él mismo y no quiso. Y es allí que uno de los caminantes dijo: me dijeron que dos kilómetros para arriba hay una camping donde alquilan bungalós y cuestan cinco euros la noche. Y más enojado me mostré con el moreno, porque sabiendo eso no nos dijo nada y quiso enviarnos a una pensión.
Pues el camino de Santiago fue un recorrido muy interesante, vimos diferentes maneras de vivir y expresarse a los caminantes como a los ciclistas.



En Santander nos reagrupamos con un grupo de caminantes en bicicletas; hicimos muchos kilómetros en compañía de ellos.



Entrando a Ribadesella, mi compañero el peruano se desvió. Antes en San Vicente de la Barquera nos despedimos de Jaime y su compañero José, el del traje naranja y verde de rayas de la foto. Y seguimos camino a Ribadesella con el peruano traje rojo rayado y la italiana la única chica de la foto y yo el del traje negro y azul, entonces durante las pedaleadas íbamos conversando con la italiana y mi compañero venía detrás nuestro, además que esta chica iba muy bien en bicicleta y mi compañero era un poco flojo, entonces por eso íbamos delante.
Y así estuvimos varios kilómetros y de momento a otro mi compañero me dijo que se adelantaría y yo le dije; vale ya te alcanzaremos; y venía conversando con ella, me comentaba que era profesora en Italia y era separada y demás cosas. Bueno después ella se quedó en un pueblo a descansar. Y seguí adelante porque tenía que encontrar a mi compañero, entonces comencé a apretar más el pedal, y note que no lo alcanzaba y en eso pensé vaya este, si que se ha adelantado. Bueno llegue a Gijón, y según el mapa no había allí albergue, lo cual pase hasta Avilés, donde si había albergue. Pregunte si había llegado alguien que respondiera al nombre de Nilton, y el encargado me dijo que nadie entonces me preocupé y de momento esperé pensando que podría llegar pasaron las horas y no llego.
Pues llame a su móvil tantas veces que solo me contestaba un contestador diciendo que el móvil a que llama está apagado o fuera de cobertura, me cansé de llamar a sus dos móviles que tenia él.
La pasé muy mal, pensé que se había caído por alguna montaña o le había pasado algo malo, tenía tantos pensamientos nada buenos y a la vez me daba pena porque éste tenía en Perú una hija pequeña, pues no tenía ganas de comer y alcanzar, pero lo tenía que hacer, entonces ese día avance hasta Ribadeo, pues con todo ese tiempo ya había pasado algo de 24 horas de su desaparición y es allí cuando me voy a la guardia civil para denunciar su desaparición, llegue al cuartel y le expliqué todo, ellos me tomaron mis datos me preguntaron que había pasado con él y resumiendo creo que los policías pensaron que yo había hecho algo con él.
Deje la denuncia hecha y seguí mi camino, y más adelante volví a llamar al móvil y es allí que me contesta y me dijo que estaba por Oviedo y que en Santiago de Compostela no veríamos, pues es allí donde le dije de todo desde gilip... etc, le comente sobre la denuncia que puse a
la policía y que ahora le estaban buscando él se rió y me enoje más, y bueno ahora me tocaba llamar a la policía y decirles que éste había aparecido, al llamar me dijeron que eso no era broma y que tenía que tener cuidado con lo que hacía y decía, de momento la policía me trato un poco mal, pues yo lo entendí ya que de alguna manera tuve culpa por no esperar más tiempo.
Pues nada ya solo me quedaba llegar a Santiago y concluir con esta travesía, y durante ese camino encontré más compañeros de camino:



Con ellos no pude llegar a Santiago por motivos de tiempo y kilómetros por lo cual seguí mi camino solitario. Y escuche por allí que al llegar a Compostela teníamos que pedir unos deseos lo cual me pareció curioso pero al final dije que pediría unos deseos.
Después de una semana llegue a Santiago de Compostela.




Mis deseos fueron:
Amor, felicidad y dinero. Y el 17 de agosto conocí a María José la madre de mi hijo Aleix, de alguna manera hacer el camino de Santiago me sirvió para poder conocer pueblos increíbles y haber ganado mi amor.

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