Cuarenta, un número más si hablamos de cualquier otra cosa que no este relacionada con la edad. No se en qué momento o quién comenzaría a difundir la idea de que cumplir esta edad es equivalente a que te levantes por la mañana con necesidad de sentarte en una silla de ruedas, o de ponerte a ver fotos de la juventud y pasar el resto de tus días contando todo lo que fuiste.
Si hablas de que has corrido 40 kilómetros te sientes como un campeón, si escalas 40 metros de 8a por ejemplo tus sensaciones son positivas, si hablas de que eres un afortunado con 40 centímetros de p..., bueno ya me váis entendiendo no? ;)
Al hilo de ésto, los amigos/as con los que he tenido la suerte de celebrar su cuarenta cumpleaños, han tenido reacciones de lo mas diversas, producto del vino, de la añoranza, la curiosidad o la excitación.
Pero me ha gustado estar con ellos, y observar como al final tod@s llegaban a la misma conclusión: lo importante es que hemos llegado hasta aquí, por que por circunstancias de esta vida, que nos da lo mejor y peor, hay muchos/as que se han quedado por el camino. Y nada más que nombrar esto, a todos les ha temblado la barbilla y se les han enrasado ligeramente los ojos.
Algunos de estos amig@s son grandes escaladores, o alpinistas que tienen logros que pueden poner los dientes largos a muchos (a mi también). Logros no solo personales, algunos han salvado vidas en su camino. Otr@s han resultado un salvavidas más psicológico, pero no menos importante. Otr@s han creado vidas, y algunos/as eligieron vivir su vida en solitario pero no con menos intensidad.
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